¡Más de tres años sin publicar ninguna receta! Cómo se notan los cambios de estilo de vida... léase, la maternidad. Te enfrascas en otras cosas y dejas olvidados los antiguos proyectos :)
Merece la pena volver hoy para guardar esta receta, porque el resultado es espectacular. Hace poco descubrí las rosquillas de San Froilán, un manjar típico de León, y al volver a casa me puse a buscar la receta para poder disfrutarlas de vez en cuando sin tener que esperar esa fecha cada año.
La receta está tomada íntegramente de aquí, así que la copio tal cual:
Ingredientes:
-400 g de leche
-110 g de mantequilla
-10 g de sal
-10 g de azúcar
-200 g de harina
-260 g de huevos (unos 4 huevos)
-10 g de ron
-Aceite para freír
-Para la glasa, 215 de azúcar glas y 40 g de agua
Preparación (Thermomix):
Ponemos la leche, la mantequilla, la sal y el azúcar en el vaso y programamos 100º, 6 minutos, velocidad 4 (hasta que la leche empiece a hervir, dependerá de si la echamos del tiempo o del frigorífico).
Cuando hierve la leche le echamos la harina toda de golpe y programamos 100º, 15 segundos, velocidad 4. Tiene que quedar una bola de masa alrededor de las cuchillas.
Dejamos enfirar un poco y programamos velocidad 4. Vamos añadiendo los huevos de uno en uno hasta que se integran. Una vez listo, añadimos el ron.
Sacamos la masa del vaso, la ponemos en una manga pastelera con boquilla rizada y la dejamos enfriar.
Mientras enfría, preparamos la sartén con el aceite y un papel parafinado, que es donde las formaremos para después freírlas, dando la vuelta al papel sobre la sartén.
Las rosquillas se hacen pequeñitas, que quedan más bonitas.
Las freímos en aceite caliente hasta que están doraditas por ambos lados.
Las vamos sacando a una fuente con papel de cocina para quitar el exceso de aceite.
Una vez que las tenemos fritas, las bañamos en glasa por la parte de arriba y las vamos dejando escurrir sobre una rejilla.
Como más ricas están es recientes, pero se pueden guardar e n un tupper un par de días.
Consideraciones:
En la receta original ponía anís, pero otras recetas que vi antes de decantarme por esta especificaban ron, que es lo que yo usé.
Para formar las rosquillas, una vez lista la masa la dejé enfriar unos minutos en el vaso y después las fui formando sobre papel parafinado encima de las bandejas del horno. Como la boquilla rizada de mi manga pastelera es muy pequeña, les daba dos vueltas a cada una. Después las dejé reposar un par de horas dentro de la nevera, para que cogieran algo de consistencia (la masa es bastante pastosa) y, antes de freírlas, fui cortando el papel parafinado en grupitos de dos o tres rosquillas, para que fueran más manejables. Se ponen boca abajo en el aceite y, cuando el papel se despega, están listas para darles la vuelta. Salen riquísimas.
12 de octubre de 2012
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